jueves, 11 de febrero de 2010

A vueltas con la SGAE

Era de justicia que en esta sección entrara, de forma muy merecida, la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE, o cualquier otro apelativo que se le quiera poner). Partiendo de que la mayoría de los componentes de esta sociedad no son autores, sino empresas editoriales o productoras de cine o música, que lo que hacen es comprar los derechos a los verdaderos creadores, y después cobrar durante una eternidad por algo que ya vendieron en forma de disco, libro o película una vez, pienso que las siglas deberían cambiarse.
¿Qué tal SGEA? Es decir, Sociedad General de Explotadores de Autores (y de lectores, melómanos, cinéfilos, transeúntes, y todo lo que se les ponga a tiro).
En tiempos de Guillermo Tell, o de Robin Hood, estos señores tendrían el papel de aquellos recaudadores de impuestos, que quitaban hasta el último grano de trigo de los campesinos, en concepto de tributo al Señor Feudal de turno. Ejemplos que corroboran esto hay muchos. Y por citar alguno, hablemos de la última jugada.

Un grupo de alumnos de un instituto de Galicia decide representar una obra de teatro. Autor: García Lorca. Se pasan el curso ensayando, hasta que les llega una carta de la SGEA, diciendo que deben pagar por no tener autorización de la compañía propietaria de los derechos de autor.
¿Quién tiene los derechos? Pues el Centro Dramático Nacional. ¿Cómo lo averigua el instituto? No porque se lo diga la SGEA, que bien se cuida de dar ninguna información. ¿Y por qué se lo calla? Porque en cuanto los alumnos piden al propietario de la obra que les permitan representarla, éste les da su autorización de inmediato, con la única condición de que no cobren entrada.
De todas formas, y con la autorización firmada y todo, la SGAE se excusa diciendo que «se limita a la gestión y reparto de los ingresos resultantes, pero no establece las tarifas sino que actúa por mandato expreso del autor>>, así que sigue solicitando al menos 95 euros (repito, aunque no se cobre entrada, ni los actores un sueldo por representar la obra). ¿Son o no son unos villanos excelentes para cualquier historia de El Zorro, o la Flecha Negra?

Hoy me he enterado de que finalmente, perdonarán los 95 euros a los chicos. Pero mi pregunta es: Si no permites que unos jóvenes hagan teatro, y lo den a conocer a sus compañeros, ¿cómo van a llegar a amarlo y a interesarse por ser alguna vez actores, dramaturgos, que finalmente generarán nuevas obras que obtendrán nuevos derechos de autor? ¿Cómo vas a conseguir que las nuevas generaciones se aficionen a ir al teatro, si les quitas la oportunidad de conocerlo? ¿No es eso tirar piedras contra su propio tejado?

Señores, que si yo ahora voy al teatro, y pago religiosamente en taquilla, es porque ya en el colegio hacíamos representaciones, y en en el instituto me gustaba ir a las obras que hacían los del grupo de arte dramático (así descubrí a Buero Vallejo, por ejemplo). Y ya puestos, de jovencita me harté de grabar cintas con las canciones que ponían en la radio. Creo que eso me ayudó a tener un criterio musical propio (grababa de todo, la verdad) que me hace comprar discos, e ir a conciertos. Una duda: ¿los radio-cassette de doble pletina llevaban canon?. Creo que no. ¿Nos harán pagar una cuota en concepto de atrasos por los años en que copiábamos cintas de música o películas de la tele al vídeo VHS? ¿Nos la perdonarán si era Beta?

Otro tema es que hasta los propios teatros se han quejado de las tarifas abusivas que tienen que sufrir. Hasta un 10% de la recaudación se les va en pago de derechos, y ya les cobran hasta por las representaciones gratuitas.

En fin. Dejo aquí algunos enlaces interesantes sobre el tema. Si no fuera porque se lo toman tan en serio, sería para partirse de la risa.

Los 95 euros

Ya entiendo por qué en el Cuervo no había música

viernes, 14 de diciembre de 2007

Colocan árbol de Navidad en el Vaticano

La noticia nos ha llegado al corazón.... pobre árbol.
Era tan feliz en el Parque Nacional de Sila, y vino el perraco del Papa a destozarle la vida...

Y no pasa ná.... y los de Greenpeace, ande están!!!!!

Que pongan el mismo árbol todos los años... o mejor... que planten uno en la plaza esa... la de San Pedro, pijo!!!!!!!